Page 98 - II Plan de Igualdad
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contribución desde el área pertinente, de campañas de sensibilización social para las personas
que tienen a su cargo a las nietas y nietos.
En las entrevistas se percibió cierta derrota asumida, por falta de expectativas locales, en
personas extranjeras. Para algunas de estas mujeres en la localidad no suele haber mucho
trabajo para ellas, suelen acabar en Novelda con la fruta o la uva o incluso en Lorca, donde
tienen otras opciones al margen del mundo del calzado y, además, se consideran más
integradas socialmente.
Dado el trabajo reproductivo basado en los cuidados que proporcionan en exclusiva a sus hijas
e hijos según ellas mismas, estas mujeres lo tienen complicado para aceptar trabajos
productivos que les ocupen la semana con un horario rígido, y si es para cuidados de personas
mayores las personas demandantes suelen solicitar una plena atención.
Mejor lo tienen sus maridos, que sí trabajan en otros sectores en Elda.
Piensan, como se suele pensar, que su cultura y la estética asociada a ella –sobre todo si se
trata de inmigrantes árabes- es una traba y que persisten los prejuicios locales, para su
normalización social, en comparación a otra inmigración con una cultura más asumible. Son
conocedoras de que ciertos prejuicios son contra lo diferente: “algunas madres parece que
dicen a sus hijos que no jueguen con moros, o gitanos o rumanos…”. Si se conversa con ellas
sobre el motivo de vivir en Elda y no en las poblaciones donde tienen más trabajo y perciben
una mayor integración, la respuesta es que aquí el alquiler es más barato y las ayudas sociales
cubren algunas de sus necesidades.
Aunque bien es cierto que, en general, se encuentran satisfechas de las amistades que han
desarrollado en la localidad: “si nos conocen en nuestro día a día, más que amigas tenemos
hermanas en Elda” (curioso el fomento de la sororidad entre mujeres inmigrantes y eldenses a
medida que una relación intercultural se empodera).
Como puede suceder en su propio país (apuntan ellas sobre Argelia o Marruecos en este caso),
hay un contraste entre lo que cada una de sus hijas o hijos viven en la intimidad familiar y lo
que suelen vivir fuera de ella: “nuestros hijos viven con cierta dualidad este hecho, aunque
nuestra influencia es mucho mayor y es la que suele persistir; el ejemplo de la madre es muy
importante…”. Como hecho sustancial para prestar atención, esta última frase constata la
influencia familiar (primer estadio de socialización) sobre la educación escolar (segundo
estadio de socialización) y la forma en la que esa inercia hacia lo propio condiciona hasta sus
II Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de Elda
2017-2021
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