Page 89 - II Plan de Igualdad
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monomarentalidad ha venido impulsada por la situación de inestabilidad política y social en el
origen y por determinadas políticas económicas que han diezmado el poder adquisitivo de
amplias capas de población en países en vías de desarrollo en general y latinoamericanos en
particular. Los entornos laborales del llamado primer mundo que impulsan a la inmigración
sacan partido de las diferencias de género de los países de origen, además de provocar un
proceso de tensión transnacional en el caso de las familias bilocales”.
Pág. 49: “En áreas urbanas donde el sector industrial y de servicios es mayoritario la presencia
de mujeres rumanas, con un mayor índice de ocupación es estas actividades es superior a la de
sus compatriotas varones. Ejemplos de ello los tenemos en localidades como Elda, Petrer o
Santa Pola”.
Para concluir estas interesantes aportaciones bibliográficas podemos citar, groso modo, una
conclusión extraída del estudio sociológico “Zapatos de cristal: la mujer como protagonista en
la industria valenciana del calzado”. Valencia, Confederación Sindical CCOO-PV. San Miguel del
Hoyo, B. et al. (eds) (2000b). En esta publicación se diferencia con claridad, para el público
profano al sector del calzado, el trabajo inicial en fábrica (con diseño y cortado), del trabajo en
taller o domicilio (con aparado -rebajado, doblado y picado-), del trabajo final en fábrica (con
montado, pegado, acabado y empaquetado). El trabajo femenino en casa es menos valorado
que el de los hombres en fábrica, sin embargo, son labores incluso más delicadas, con un
aprendizaje no complicado, pero sí complejo. Este libro incide en la soledad, las enfermedades
asociadas al trabajo en la economía sumergida, la desigualdad y la falta de oportunidades
vitales asociadas a las mujeres que participan en este sistema a la sombra de lo legal.
En realidad, todas estas referencias a lo largo de los años sobre la economía sumergida,
siempre han indicado que la reproducción social de la informalidad del trabajo femenino se
perpetua en general y en el sector del calzado en particular. La división sexual del trabajo es un
hecho persistente en todas las civilizaciones, en las que el trabajo masculino goza de mayor
reputación social que el femenino dada una situación ventajosa que el hombre, da la
sensación, no está dispuesto a perder.
El trabajo masculino se caracteriza por desarrollarse en el espacio público, lo que le ha
permitido históricamente acceder a estados superiores de socialización a los de la propia
familia y ha supuesto, por procesos naturales de eficiencia de las transacciones, monetarizar su
actividad. El trabajo femenino, por el contrario, partía de tareas de reproducción biológica,
social y cuidados personales y domésticos, actividades desempeñadas en el espacio privado y
II Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de Elda
2017-2021
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