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unidos. Sin embargo, en el caso de la industria de calzado ha sido este un proceso que se ha
dado paralelo confundiéndose la mayoría de las veces”.
Pág. 213: “Junto a esta forma de producción clandestina existe lo que tradicional se ha llamado
el trabajo a domicilio hecho por mujeres que generalmente se ha centrado en la fase del
aparado. Este trabajo, aunque está regulado por el convenio, en contadas ocasiones se
cumplen sus normas. De esta forma se convierte en trabajo a domicilio hecho
clandestinamente en tanto que no cumple con normativa laboral, fiscal, y ni siquiera
medioambiental. En este caso puede llegar a tener algún problema serio en relación con la
salud, por la utilización en casas, en habitaciones poco aireadas, en cocinas, de productos
tóxicos y peligrosos para aquellos que los manipulan (mujeres, personas mayores y niños). El
trabajo a domicilio hecho por las mujeres, está sumamente expandido en toda el área zapatera
de Alicante -Elche, Elda, Villena, Monovar, Pinoso. No obstante, se extiende también a áreas
que quizás están un tanto alejadas como son las provincias de Albacete, Murcia o Granada. En
general se estima que el trabajo oculto -domiciliario y no domiciliario- en el sector del calzado,
está en torno del 35-40 % del total del trabajo realizado en el sector. Hace 15-20 años, el
trabajo clandestino se centraba casi exclusivamente en el aparado que realizaban las mujeres
en sus casas. Hoy el trabajo clandestino se ha extendido a todas las esferas de la producción;
son empresas enteras las que trabajan en clandestinidad, así como trabajadores que hacen
una sola fase de la cadena”.
Viruela Martínez, Rafael y Domingo Pérez, Concha, en “La informalización en la industria del
calzado valenciano, un trabajo de mujeres”. Cuadernos de Geografía, 2000, nº 67-68,
coinciden en el fondo del análisis que une a la economía sumergida y a la mujer:
Pág. 398: “En el calzado valenciano ciertamente las coyunturas económicas de diverso signo
han marcado las pautas de la expansión del sector, de sus crisis y del empleo masivo de mano
de obra oculta. A pesar de la mejora en la situación económica y la ampliación de las
expectativas laborales para las mujeres, el trabajo informal continúa presente, al socaire del
nuevo modelo productivo posfordista, tan exigente en trabajo flexible. No obstante, a la
explicación económica se suma el hecho de que las prácticas informales se insertan en una
estructura social que ha asumido tradicionalmente estas formas de trabajar. Su desarrollo o
persistencia se vincula a la condición necesaria, aunque no sea suficiente, de la abundancia de
mano de obra femenina que ha aceptado o aguantado las precarias condiciones del trabajo a
domicilio o en talleres, total o parcialmente clandestinos”.
II Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de Elda
2017-2021
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