Page 110 - II Plan de Igualdad
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suficientemente relevante de forma extralocal, cubre su correspondiente parcela en el marco

                  de comunicación del sector del calzado. En cuanto a su influencia en el ámbito de la mujer
                  (presente  en  el  mismo  título  del  certamen)  y,  más  en  concreto,  su  aportación  a  cualquier

                  asunto relativo a la igualdad de mujeres y hombres en Elda, ha habido distintas valoraciones
                  entre las personas entrevistadas. En general la conclusión sobre este certamen podría situarse

                  en torno a la diferencia que hay entre la potenciación del sector del calzado, la visibilización
                  del calzado como un producto de calidad y fabricado en un ciudad y país que ofrece calidad.


                  Sin  embargo,  hay  un  valor  conocido,  con  alguna  escultura  para  sus  protagonistas  y
                  constantemente proclamado, pero que en realidad llama la atención por estar infrautilizado

                  comercialmente en Elda. Se trata de otra calidad. Compartimos, que en un mundo globalizado

                  y en un sector que sufre una gran competencia en países en vías de desarrollo que producen
                  con un coste tan inferior otro producto similar, aunque ni por asomo el mismo, la calidad es el

                  hecho diferencial con el que combatir la precariedad productiva y laboral del siglo veintiuno.

                  Proyectar  la  calidad  del  calzado  de  Elda se ha  trabajado  con  distinto  acierto  a  juicio  de  los

                  comentarios, pero siempre se ha tratado de transmitir que no es lo mismo un zapato creado
                  en esta ciudad que uno hecho en un país con, por ejemplo, explotación laboral infantil entre

                  otros dramas; ciertamente esto puede ser así. No obstante, una de las mujeres que trabajaba
                  en  casa  haciendo  esos  zapatos  de  calidad  nos  contaba  como,  dado  su  salario,  acababa

                  comprándose zapatos confeccionados probablemente en un país asiático. La paradoja es la de

                  esa mujer trabajadora que no alcanza para vestir algo hecho por ella misma.

                  La calidad no es la de los materiales utilizados para hacer sus zapatos, ni la diferencia entre el

                  precio de la producción local y la realizada en el extranjero. La calidad es esa misma mujer, el
                  trabajo  hecho  con  sus  manos,  la  calidad  es  ella,  la  mujer.  La  parte  más  emocional  y

                  convincente  del  relato  alrededor  del  calzado  y  de  la  misma  ciudad  de  Elda  la  escriben  sus
                  mujeres.


                  Esto puede congeniar con un contexto internacional en el que la mujer debe y puede ser más

                  visible y reconocida. La igualdad de oportunidades está viviendo un impulso posprimaveral,
                  donde se ha pasado de lo general a lo específico. La lucha global contra el modelo económico

                  que fomenta el oscurantismo y compite deslealmente en el plano internacional, ha sufrido un
                  colapso  que  cierra  una  etapa  antropológicamente  positiva  en  la  que  se  creía  posible

                  transformar  el  mundo.  Pero  esto  no  conlleva  desesperanza,  esto  puede  significar  un
                  aprendizaje para encontrar vías de resistencia y desarrollo en las que la mujer ha tomado la



                          II Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de Elda
                          2017-2021

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