La iniciativa ‘Trenzando Redes por la Inclusión’ ha sido puesta en marcha por la Asociación de Personas con Discapacidad Auditiva, en colaboración con los Ayuntamientos de Elda y Petrer y con la Obra Social de Caixapetrer

La Asociación de Personas con Discapacidad Auditiva (Apanah) ha lanzado ‘Trenzando Redes por la Inclusión’, una iniciativa que pretende reducir al máximo la reverberación de las aulas para eliminar las barreras de comunicación y para que el ruido no interfiera en los procesos de aprendizaje del alumnado con discapacidad auditiva y otros trastornos en la comunicación.

La trabajadora social de Apanah, Anto Noya, ha indicado hoy que “en las aulas el ruido ambiente causado por el movimiento de las sillas aísla y dificulta el seguimiento en el aula a niños y jóvenes con discapacidad auditiva”.

Para reducir el ruido se van a poner unas botas de lana tejidas por voluntarias y voluntarios en las patas de mesas y sillas. El objetivo es conseguir 5.000 botitas para el 3 de diciembre, Día de las Personas con Discapacidad, y poder cubrir así las aulas de los centros educativos de ambas poblaciones cuyos ayuntamientos colaboran con la iniciativa.

También colabora la Obra Social de Caixapetrer que ha editado una guía con las características y las instrucciones para tejer las botas.

Las botas de lana van a permitir amortiguar la contaminación acústica en las clases, cuando los niños y niñas se levantan o mueven sus pupitres. Mejorar el ambiente sonoro es imprescindible para mejorar la calidad educativa. No hacerlo puede provocar déficit de atención y memoria, alteración de la capacidad lectora, discriminación auditiva, falta de motivación, nerviosismo, alteraciones en el sueño, estrés y ansiedad.

En la presentación de la iniciativa han estado presentes la alcaldesa de Petrer, Irene Navarro, la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Elda, Alba García; y la vicepresidenta de la obra social de Caixapetrer, María Dolores Pastor.

España es el segundo país más ruidoso del mundo, tras Japón. La OMS (Organización Mundial de la Salud) advierte de que la contaminación acústica pone nerviosos a los pequeños, más vulnerables que los adultos ante los efectos nocivos del ruido. La exposición de los niños al ruido puede causar problemas de sociabilidad y otras amenazas al desarrollo cognitivo infantil.

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